Quienes hayáis jugado alguna vez a "lobos" ya sabéis de qué va esta película. Una trama en la que un grupo de candidatos compite por un puesto importante de directivo en una multinacional. Y no piensan hacer prisioneros: Ganas o mueres.
Basada en una obra de teatro de un solo acto de Jordi Garcelán, la versión cinematográfica del argentino Marcelo Piñeyro es sencillamente soberbia. Sólo cabe reprocharle la primariedad de un par de escenas sórdidas que están en fuera de juego del resto de la peli.
El resto es un despliegue de hábil planificación, diálogos afilados y miradas asesinas, una sala de decoración gélida y un repartazo que está desbordante. La insoportable secretaria interpretada por Natalia Verbeke, el John Wayne de la sala (Eduard Fernández), la mujer madura que parecía segura, la joven que se creía invulnerable, el chico pijo que ha hecho un Master... Y Ernesto Alterio; qué actorazo en comedia, drama o Ciencia-Ficción. Una película de máxima intensidad dramática que te deja muy tocado pensando lo hijo de puta que puede llega a ser una persona cuando compite sin escrúpulos por la misma pieza de fruta.
Calificación: 8´5
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