Cada libro y cada película de Peter Bogdanovich (Nueva York, 1939)
es un homenaje al cine. Como director recibió ocho nominaciones a los Oscar por
La última película (1971), segunda
obra de su filmografía que continuó con dos películas con las que alcanzó gran
popularidad: ¿Qué me pasa doctor? (1972) y
sobre todo con Luna de papel(1973). A
partir de entonces su carrera como director ha sido muy criticada (a pesar de
realizar algunas películas tan interesantes como Esa cosa llamada amor), a la vez que su labor como escritor ha sido
cada vez más valorada.
En el primer volumen de El
director es la estrella incluía entrevistas a los directores que
tuvieron mayor libertad creativa en los etapa dorada de Holllywood: Hitchcock, Capra o Wyler. En esta segunda parte los protagonistas son directores que
lograron un estilo personal con un mayor control de los productores. No eran los artistas más reconocidos
de la industria, pero aún así lograron una filmografía muy influyente. Entre ellos están Sidney Lumet, Robert Aldrich, Otto Preminger, George Cukor, Edgar G.
Ulmer, Leo MacCarey o Don Siegel.
Bogdanovich
entrevista
desde la admiración, de manera simpática y atrevida. Se nota que ha sido
director y que sabe de lo que habla. Sorprende el conocimiento que tiene de la
filmografía completa de cada uno de los directores, algo que en muchos casos
conmueve a los entrevistados. En algunos casos quizás el repaso de algunas de
las primeras y desconocidas películas de estos directores sea algo exhaustivo.
Sin embargo, Bogdanovich lo
considera esencial para entender mejor al artista, y también para reivindicar
títulos que forman parte de los comienzos de la Historia del Cine.
La entrevista
de Leo MacCarey es probablemente la
más interesante. A pesar de que este director irlandés y divertido, responsable
de grandes películas como La pícara
puritana, Sopa de ganso, Siguiendo mi camino o las dos versiones de Tú y yo, responde desde una cama de
hospital, la entrevista es muy amena y clarificadora. Según Bogdanovich en ella se encuentran los
momentos más divertidos del libro. “Le conocí en noviembre de 1968, en la
habitación de un hospital de Santa Monica, un año antes de morir. Aún en esas
circunstancias entendí porque decían de él que era uno de los hombres más
ingeniosos de la industria del cine y uno de los mejores oradores”.
El director es la estrella (Volumen 2). Peter Bogdanovich. TyB Editores, 2008. 288 páginas
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