Tenía ganas de hablar bien de The martian porque ya era hora que Ridley Scott hiciese una buena película. Llevamos muchos años viendo como el director de Alien y Blade Runner presentaba películas tan fallidas como Prometheus o tan sosas como Robin Hood. The Martian no está a ese nivel, pero tampoco llega a ser sobresaliente.
La trama es muy interesante e ingeniosa. Ya era así en la novela y en la película aparece con todo su brillo gracias a un diseño de producción y a una planificación admirable. Y luego está Matt Dammon que es algo superior, con talento hasta en las cejas. Pero a su personaje le falta alma y empatía. Es un yanky graciosete que cae bien pero que no te deja ningún diálogo imborrable, ninguna escena que llevarte a la memoria. Parece que este naufrago astronauta tiene algo de afecto por el personaje de Jessica Chastain (otra de esas actrices con mayúsculas), por sus padres... ¿Y quién no? Igual le pasaría a Tintín o a Harry Potter, los dos grandes líderes del Top Ten de anónimos de la ficción.
Por este motivo fundamental la película de Ridley y Matt es una película entretenida y elegante que se queda lejos de Gravity o Naúfrago, por poner un ejemplo. Por ahora la película ha ganado 588 millones de dólares (costó 108).
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