Que José Padilha se estrenase en Hollywood con la muy decepcionante Robocop no es muy significativo. Este director y guionista de Río de Janeiro no contó con la libertad necesaria y la historia original tampoco es que fuese una obra de Shakespeare. Sin embargo, hace unos días vi la segunda parte de la excepcional Tropa de élite y me quedé asombrado del poco caso que se le hizo a esta secuela. Es una de esas películas que prácticamente van directas al DVD y que merecerían aparecer en las listas de lo mejor del año.
El retrato de Brasil vuelve a ser demoledor, sin perder la esperanza en un futuro mejor, pero asumiendo que el sistema está viciado en cada uno de sus pilares fundamentales. La corrupción es el medio ambiente de un país en el que el delito es costumbre y la ley es la excepción. La película tiene acción, drama, ritmo y sobre todo un guión buenísimo con una voz en off constante que nunca resulta accesoria. Y un Wagner Moura que devora su personaje a punto de explotar en cada plano.
Tropa de élite 2 es un complemento de otra gran película que en unos días llegará a nuestras pantallas Sicario, de Denis Villeneuve. Dos maneras de explicar la complejísima lucha contra el delito instalado en el sistema en países latinoamericanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario