Si hay algo indudable en todo el pedaleo sobre la crisis del cine es que cada vez cuesta más hacer una película sin que el presupuesto esclavice al cineasta. Es difícil decir el nombre de un director que tenga tal prestigio que pueda rodar lo que quiera con el presupuesto que le apetezca y los actores que él mismo elija.
Sin embargo, el arte no se resiente. Todo lo contrario cada vez hay más talento rodado con menos dinero, y menos despilfarros en forma de bodrios. De chollazos inteligentes y meteduras de pata deficitarias hay muchos ejemplos significativos.
1º) El falso mito de Shyamalan. Muchos no le soportan y no se contentan con criticarle artísticamente. Pero no tienen mucho motivo; económicamente sus películas funcionan. Incluso su último y relativo fracaso costó 130 y ganó 245 en todo el mundo.
2º) La ventaja de llamarse Woody Allen. Por 15-20 millones de dólares de presupuesto puede permitirse un reparto de lujo que cobra menos que en otras películas. Aún así en 2001 y 2003 tuve un momento delicado al perder dinero con tres películas consecutivas (Todo lo demás, Un final made in Hollywood, La maldición del escorpión de Jade). Pero esos tiempos han pasado, en especial desde su gran éxito con Medianoche en París, una de las películas más alabada de su carrera y la más taquillera (costó 17 millones e ingreso 155).
3º) El terror barato de James Wan. Es la alegría de cualquier productor. Después de abandonar su saga de ferretería humana (Saw), sus películas son todo un ejemplo de rentabilidad. Los números son clamorosos: Insidious (costó 1,5 millones y gano 97), The Conjuring (20/320), Insidious 2 (5/161).
4º) El forzado regreso de Zemeckis a la imagen real. Después de varios intentos fallidos (Polar Express, Beowulf, Cuento de Navidad), no suficientemente castigados en taquilla, la debacle llegó cuando se le ocurrió producir Marte necesita madres. Con un presupuesto de 150 millones de dólares recupero sólo 38 en la taquilla internacional.
Algo que le hizo recapacitar y volver a la imagen real con una película estupenda, El vuelo, que realizó con sólo 30 millones y ganó 161. Esperemos que sea el regreso definitivo al tipo de películas que sabe manejar artística y cinematográficamente: Forrest Gump (55/677), Naúfrago (90/430) o la trilogía de Regreso al futuro (100/890).
5º) El disparate presupuestario de James L. Brooks. Sólo con lo que gana produciendo Los Simpson podría haberse jubilado hace décadas. Sin embargo continúa haciendo comedias, carísimas por cierto, muchas veces deficitarias. Su último gran tropiezo fue con la pésima ¿Cómo sabes si...?, una comedia que costó...¡120 millones!. Apenas recaudó 48.
No es la única vez que este director se pasa de presupuesto. En la deliciosa Spanglish se gastó 80 millones y logró apenas 55. Algo más sorprendente es que en sus películas más premiadas y taquilleras haya manejado presupuestos más racionales: Mejor imposible (55/314) o La fuerza del cariño (8/108 millones sólo en Estados Unidos).
6º) Lo de Spielberg no tiene nombre. Que Lincoln no ha sido precisamente su película más "entretenida" no hay ninguna duda. Pero ahí están los datos. Presupuesto: 65 millones. Ingresos: 275. Que el último Indiana Jones fue el peor de todos... (185/786). Que Hook era fallida... (70/300). ¿Y alguien defiende 1941? (35/92). Así no se puede.
Eso sí, Spielberg ha fracasado en la televisión con Terra Nova y se esperaba mucho más de su ultimo Tintín (apenas ha recaudado 373 millones con un presupuesto sospechosamente desconocido, pero que debe estar en torno a los 250).
De todas formas con lo que ganó en Tiburón (7/470), Encuentros en la tercera fase (20/303), E.T (10,5/792), Parque Jurásico (63/1029) y sus acciones de Star Wars (11/775), no creo que esté muy preocupado por su economía. Si además volviese a hacer obras maestras...
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