Con 41 años Ewan McGregor se convirtió ayer en el actor más joven en recibir el Premio Donostia. El escocés es uno de los grandes de su generación, un artista polivalente capaz de meterse en personajes tan distintos como los protagonistas de Moulin Rouge, A tumba abierta, Big Fish o Star Wars.
El actor presentaba además Lo imposible, la esperada película de Juan Antonio Bayona, la segunda en recrear un tsunamí después de Más allá de la vida de Clint Eastwood.
Bayona hace una película muy spielbergiana en espectacularidad y algunos planos "homenaje" al Rey Midas. Sólo hay que ver el plano de Naomi Watts frente al cristal que tiembla de miedo ante la llegada de la catástrofe. Además el empeño por reflejar la importancia de la maternidad y la paternidad recuerda mucho al director de Cincinati. La película demuestra además que Bayona es capaz de hacer una gran superproducción al estilo norteamericano.
Quizás la película no tenga toda la emoción que debería y quizás el final sea demasiado seco. Pero Lo imposible es un filme importante de un cineasta que crece muy rápido.
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