Eastwood cambia de rubio: Damon por Di Caprio. Tenía que hacer algo distinto, un quiebro para recuperar el nivel de Gran Torino perdido en las simplemente correctas Invictus y Más allá de la vida. La historia del presidente Hoover es una buena materia prima para pasar por el filtro del director de Sin perdón, Un mundo perfecto y Million Dollar Baby.
Aunque todavía queda mucho la película tiene pinta de Oscar: sería el tercero para Clint que se quedaría a una estatuilla del más galardonado: John Ford, ni más ni menos. Por cierto que acabo de rescatar un minuto glorioso de una entrevista imposible que le intentó hacerle Peter Bogdanovich al de Galway.
Además, el director nacido en San Francisco batiría un récord personal: ser el director más longevo en ganar un Oscar con 81 años (registro que ya tiene desde que ganó el Oscar con Millión Dollar Baby en 2004 a la edad de 74 años).
Sería una meta difícil de batir siempre y cuando a la Academia no le dé por nominar ahora al inmortal Manoel de Oliveira (102 años, a tres meses de llegar a los 103). No tiene pinta, es un director más de Cannes y Venecia.
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