El año de Sandra Bullock

Fue una de las 10 nominadas al Oscar a la mejor película, aún así tardó casi 6 meses en estrenarse en España después de que en Estados Unidos se convirtiese en la película protagonizada por una mujer más taquillera de la Historia del Cine (costó 26 e ingresó 255 millones).

Pocas cosas les gustan tanto a los norteamericanos como las películas basadas en la superación personal de un deportista. Desde Rocky a The blind side, pasando por Hoosiers, Titanes o Camino a la gloria, el cine norteamericano se ha hecho verdaderamente especialista en este género. El mismo director de esta película ya había dirigido la eficaz The Rookie, basada en la historia real del mítico entrenador de béisbol Jim Morries.



Ésta vez la historia (también basada en hechos reales), cuenta la historia de Michael Oher, un joven afroamericano sin hogar que encuentra ayuda y cobijo en una familia blanca, dispuesta a prestarle el apoyo necesario para que pueda triunfar como jugador de fútbol americano y en la vida. Por su parte, Oher también influirá en la vida de los miembros de la familia Touhy.

La diferencia principal de esta película con respecto a otras es que se centra más en la evolución dramática del personaje que en la mejora deportiva. Se presta poca atención al campeonato y se da mayor importancia a la influencia de Michael en una familia que tiene, en principio, de todo. En este sentido Sandra Bullock está sobresaliente en un papel dramático con el que ha ganado casi todo (Óscar, Globo de Oro, etc.), algo que demuestra que es una actriz estupenda cuando se la controla (como es el caso) e insoportable cuando no es así (véase Loca obsesión, por la que este mismo año ganó, merecidamente, el Razzie).

La película se atreve a contar una historia bonita, muy bonita, sin miedo al sentimentalismo, que evita con bastante elegancia. Además la película tiene un buen ritmo narrativo que hace que las dos horas se pasen en un suspiro. Poco más habría que decir: es una película entretenida, que cumple lo que pretende.


¿Y por qué tardó meses en llegar a España? Porque es una película muy norteamericana. Esto hace que las motivaciones de los personajes sólo se entiendan desde la óptica de una familia baptista norteamericana que practican una solidaridad cristiana bastante admirable y silenciosa. De manera sutil vemos como la familia que acoge a Michael tiene unas profundas creencias cristianas que no se subrayan en la película, como tampoco se subrayan en la vida real. Esta manera de reflejar la inquietud religiosa de los personajes es bastante insólita en el cine actual. 

Además, la película es positiva y amable sin negar una actitud crítica. Así lo vemos en una de las mejores escenas de la película en el que el matrimonio protagonista se plantea sobre si realmente su ayuda a Michael es lo suficientemente recta o buscan algo más que la felicidad del chico. Este giro hace que la película sea más madura y matizada que la simpleza voluntarista de la mayoría de las películas deportivas.

No es una obra maestra porque hay baches del argumento no bien resueltos a mitad del metraje, varios personajes secundarios poco desarrollados y la música de Carter Burwell (uno de las grandes, sin duda), es redundante y carente de personalidad y emoción. Pero es una película sincera que podía caer en muchas trampas de moralina fácil y sin embargo mantiene con dignidad un discurso interesante y necesario gracias al notable guión del propio John Lee Hancock (el segundo más interesante de su filmografía después del magnífico libreto que escribió para la película de Clint Eastwood, Un mundo perfecto).

Calificación: 8

3 comentarios:

  1. Éxito asegurado con buena banda sonora.

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  2. Yo sigo con mis sinopsis: Michael Oher es una joven estrella en alza de la NFL. Después de ser echado de su casa es recogido por una familia cuya mamá, Bullock, tratará de que siga adelante con sus sueños.

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  3. Es una buena historia con unos inmejorables actores...

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