Llevamos mucho tiempo hablando de la película con más expectativas, y por tanto la más peligrosa, del siglo XXI. Y por fin ha llegado. Como dije hace tiempo, a mí me preocupaba especialmente el guión de la peli. Es ahí donde Avatar me ha sorprendido más, con una buena historia y unos personajes interesantes.
Luego está el aspecto visual, que el mismo Cameron había concretado en conseguir que el espectador viese con otros ojos (un tema central en la película). Esto, que suena a prepotente, acaba siendo realidad con un despliegue visual espectacular que hace que los 162 minutos no dejen de sorprender en ningún momento con una nueva criatura, un nuevo paisaje y, sobre todo, un nuevo viaje aéreo en el que se aprovecha al máximo toda la potencia visual del 3D.
En este sentido ayuda mucho la planificación visual de Cameron que permite secuencias largas y apabullantes, huyendo del montaje entrecortado que suele salir más barato pero que reduce mucho la inmersión del espectador en la acción.
El mayor acierto es que todo está muy medido. Hubiese sido fácil saturar visualmente con inagotables efectos digitales (algo que hace Lucas constantemente en sus últimos destrozos cinematográficos). Pero Avatar tiene una historia y unos personajes que quieren contar algo. Y ese “algo” bebe de la abundante literatura fantástica que Cameron leyó y asimiló en su juventud. Muchos dirán que hay poca originalidad en el argumento central: la inmersión de un ser extranjero en una cultura distinta y hostil. En mi opinión, es un tema universal más, que resultaría convencional si se tratase de una forma convencional. Y no es el caso.
Nadie podrá culpar a Cameron de esconder los referentes que van desde 2001. Una odisea en el espacio a Bailando con lobos pasando por la Tierra Media de Tolkien y los lados oscuros y luminosos de Star Wars. Pero esos referentes quedan matizados en una historia que tiene suficientes detalles originales para ser considerada una voz con personalidad propia.
Además, la historia podía haberse convertido con facilidad en otro panfleto ecologista-naturalista con tics del nirvana espiritual que a modo de narcótico convence a muchos para que suban el volumen del Ipod y no se compliquen la vida mientras envían un donativo para salvar a la ballena diabética y al pingüino ludópata. Sin embargo, Cameron toca otras teclas más clásicas como son el amor que supone fidelidad, sacrificio y unión, el respeto a lo ajeno, que hace mirar con otros ojos y enriquecerse a uno mismo ó la veneración de un Dios que ampara su creación y no se desentiende de ella. Esta profundidad de campo hace que la película sea mucho más que un espectáculo visual tan impresionante como vacío e intrascendente.
Por último, se agradece y mucho que los efectos especiales permitan ver la expresividad de los actores que están magníficos inmersos en sus avatares. Y que James Horner, aún sin llegar a la magia de Braveheart y Titanic, regale melodías maravillosos como la del primer vuelo de Jack sobre Pandora.
James Horner está nominado a los Globos de Oro por esta banda sonora y por la canción principal de la película, una melodía bastante parecida a la "titánica" My heart will go on. Pero no hay problema de plagio, las dos canciones son suyas.
A mí también me ha gustado, sobre todo la primera parte y la voz en off. Aunque se desaprovecha a Sigourney, que es una actriz muy poderosa.
ResponderEliminarCinco estrellas para Avatar.
ResponderEliminarAbsolutely agree. Y eso que a mi los enanitos y las pantochadas fantásticas me dan alergia.
Ioc
Muy buena. Creo que irá a más con el boca a boca como sucedió con Titanic. Aunque no ha empezado mal en taquilla.
ResponderEliminarBuena música, buena imagen, te hace estar pegado al sillón.... AVATAR la maravillosa película de la naturaleza, el amor y la acción.
ResponderEliminarGenial Cameron.
Txetxu