Garci y el malabarismo de los valientes

He hablado en alguna ocasión del programa Cowboys de medianoche que dirige Luis Herrero con Eduardo Torres-Dulce y José Luis Garci (antes en la Cope ahora en esradio). En el último programa, Garci dijo algo que he pensado muchas veces: la delgada línea que separa el ridículo de la genialidad, el exito absoluto del fracaso. A propósito de Canción de cuna, Garci reflexionaba sobre lo difícil que le resultó no caer en el ridículo a partir de un texto plagado de alusiones afectivas y místicas. Y efectivamente viendo esa película me sucede algo parecido a lo que me ocurrió cuando ví La palabra de Dreyer, E.T. El extraterrestre ó casi todas las de Shyamalan (La joven del agua, El bosque ó El protegido). En esas películas el pánico porque el director estaba jugando con fuego se transformó en una catarsis final impagable.



Garci volvió a hacer brillantes equilibrios de vida y muerte con El abuelo y You´re the one. Luego he de reconocer que apenas me quedo con algunos instantes del resto de su filmografía, y con casi todos sus libros y programas de radio en los que destila una veracidad y una sensibilidad tan cercana como culta.

Escribo esto porque coincido con muchas de las críticas que se hace al "cine de Garci". Pero me parece injusto que alguien que se arriesga tanto, y que ha llegado tan lejos artísticamente, sea tan olvidado frente a otros aficionados a la cuerda floja como Almodóvar, Coixet ó Amenábar que tienen, al menos, tantas lagunas como el director de Volver a empezar.

4 comentarios:

  1. Si es lo que le pasa a Coixet en su mapa, que hace un poco el ridículo

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  2. Me parece que el Garci de las ultimás películas no hace equilibrios: se apunta directamente a un cine rancio y rídículo.

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  3. De acuerdo, pero hay muchos que nunca han dejado de apuntarse al cine rancio y ridículo.

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  4. Es cierto que Garci, desde You´re the one, no hace una peli redonda, aunque hay bastantes aspectos de Tiovivo c.1950 y Luz de domingo que me gustan mucho. Ahora bien, no me considero un odiador del cine español, pero, aún así, las últimas pelis de Garci son más respetuosas con el espectador que la mayoría de los filmes del cine español contemporáneo.

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