Aunque me pareció más completa la primera temporada de American Crime Story, en la promocionada continuación hay escenas que me parecen muy logradas. La mayoría interpretadas por Darren Criss, el verdadero motor de la serie. Andrew Cunanan es uno de los asesinos en serie mejor retratados que nos ha dado el cine y la televisión contemporánea.
Si queréis saber más de la segunda temporada de American Crime Story sobre el asesinato de Gianni Versace os dejó una reseña crítica que he escrito hace unos días.
Todos dicen "Te quiero"
No voy a hablar de la canción de Tontxu, aunque no estaría nada mal. El cantautor lo merece y su canción también. Un inciso: no puedo evitarlo. Tiene que ver con el cortometraje del que voy a hablar después, confiad en mí.
Sobre querer de verdad y sucedáneos Rodrigo Sorogoyen ya realizó una obra maestra titulada Stockholm. Con un breve cortometraje acierta en volver a medorear en una relación contada en un solo plano con el propio Sorogoyen de actor junto a Marta Nieto que ya trabajó con él en Madre.
El título es Disquisiciones de una pareja que lleva más de seis meses y menos de un año. Fantástico. Sin ser cursi ni superficial es sencillo y directo. Clarificador.
P.D: Sorogoyen presentará su tercera película, El Reino, en el próximo Festival de Cine de San Sebastián.
Calificación: 9
Sobre querer de verdad y sucedáneos Rodrigo Sorogoyen ya realizó una obra maestra titulada Stockholm. Con un breve cortometraje acierta en volver a medorear en una relación contada en un solo plano con el propio Sorogoyen de actor junto a Marta Nieto que ya trabajó con él en Madre.
El título es Disquisiciones de una pareja que lleva más de seis meses y menos de un año. Fantástico. Sin ser cursi ni superficial es sencillo y directo. Clarificador.
P.D: Sorogoyen presentará su tercera película, El Reino, en el próximo Festival de Cine de San Sebastián.
Calificación: 9
"El chico que conquistó Hollywood"
Encontrar este documental ha sido todo una aventura pero las bibliotecas municipales no tienen precio. La vida de Robert Evans contada por sí mismo es una del Hollywood que dejó de ser dorado a finales de los 60.
Este actor mediocre se convirtió en unos de los grandes productores de la industria gracias a películas como La semilla del diablo, Chinatown o El Padrino. Es un relato autobiográfico con ironía, humor y astucia en el que hay grandes éxitos y fracasos que estuvieron a punto de llevarle a la tumba antes de tiempo.
El documental es muy ágil en el montaje y en un guión grande en credibilidad, desmitificación y sugerencia. Fue nominado a varios premios grandes en 2002 y gracias a ese éxito su director, Brett Morgen ha seguido haciendo este tipo de cine sobre Kurt Cobain, los Rolling Stones o Jane Goodall.
Calificación: 8
Otra película fallida de Netflix
Aunque podemos presumir de una obra maestra producida por Netflix España, la plataforma online de moda no acaba de acertar con las películas que realiza. Hace tiempo hablé de la discreta propuesta de Noah Baumbach estrenada directamente en el Festival de Cannes. Ahora le toca el turno a Alex Garland, director de la prestigiosa Ex machina, que acaba de estrenar directamente en streaming Aniquilación, lo último de Netflix con un reparto de sala grande: Natalie Portman, Oscar Isaac y Jennifer Jason Leigh.
La película aspira muy alto y hay momentos en que la espectacularidad engaña. Visualmente es incontestable pero el enjambre argumental acaba siendo una paranoia original que engulle a los personajes. Apenas hay dramatismo en personajes en estado de contemplación absorta en busca de un final catártico que en mi opinión no premia lo suficiente la paciencia del espectador.
Alex Garland tenía mucho más que contar en Ex machina y eso se nota mucho en esta alargada película. Falta atmósfera, ritmo y desarrollo a esta Ciencia-Ficción arriesgada e inerte. Los actores suplen en gran medida estas carencias pero no son suficiente para levantar esta pesada nave espacial.
Calificación: 6
La película aspira muy alto y hay momentos en que la espectacularidad engaña. Visualmente es incontestable pero el enjambre argumental acaba siendo una paranoia original que engulle a los personajes. Apenas hay dramatismo en personajes en estado de contemplación absorta en busca de un final catártico que en mi opinión no premia lo suficiente la paciencia del espectador.
Alex Garland tenía mucho más que contar en Ex machina y eso se nota mucho en esta alargada película. Falta atmósfera, ritmo y desarrollo a esta Ciencia-Ficción arriesgada e inerte. Los actores suplen en gran medida estas carencias pero no son suficiente para levantar esta pesada nave espacial.
Calificación: 6
Luces y sombras de Ridley
Nacido en 1937 en South Shields (Inglaterra) Ridley Scott, hermano del también director Tony (tristemente fallecido), es uno de esos cineastas desconcertantes. Después de casi 20 años de formación en televisión y publicidad, logró ser una de las referencias cinematográficas de las últimas décadas con sólo 3 películas: Los duelistas (1977), Alien, el octavo pasajero (1979) y Blade Runner (1982).
Juan Andrés Pedrero (Madrid, 1966) es director financiero y escritor cinematográfico de obras como Terror Cinema (2008) o las biografías de Johnny Weismuller (2010) y James Whale (2011). En este libro trata de explicar los altibajos de la filmografía de Ridley Scott, que van desde sus intachables comienzos a sus últimas y más que discutibles producciones (Prometheus, El consejero).
Según el autor, Ridley Scott siempre ha sido un director de mayor talento visual que narrativo, algo que queda demostrado en su obra maestra, Blade Runner, y en sus 5 remontajes en los que se insertaron nuevas escenas, se eliminó la voz en off, se cambió el final, etc,.. El mismo director británico reconoce que contrata a grandes estrellas consagrados para no tener que perder demasiado en la dirección de actores y poderse centrar en aspectos técnicos.
Por otro lado el autor de este libro afirma que el director británico hace un cine para el público en la mayoría de los casos, especialmente después del inicial fracaso en taquilla de Blade Runner (un proyecto que llegó a costar 22 millones de dólares en 1982). Por un lado esto le ayudará a evitar complicaciones en las historias que cuenta yendo muchas veces a la esencia del argumento. Pero muchas veces también se le acusará, con razón, de acudir a soluciones fáciles, visualmente correctas y narrativamente distantes.
Contando con estas limitaciones está claro que Ridley Scott es un director y productor inteligente y de enorme talento, capaz de hacer obras mediocres (La teniente O´Neil, Hannibal, El reino de los cielos), películas notables (Black Rain, Thelma & Louise, Gladiator , Black Hawk derribado), además de las tres citadas obras maestras del inicio de su carrera.
Por último, la aportación de Ridley Scott a la televisión es indudable, ya que ha producido series tan prestigiosas como The Good Wife o The Company.
Ridley Scott. El imperio de la luz. Juan A. Pedrero Santos. T&B Editores, 2012. 240 páginas
Juan Andrés Pedrero (Madrid, 1966) es director financiero y escritor cinematográfico de obras como Terror Cinema (2008) o las biografías de Johnny Weismuller (2010) y James Whale (2011). En este libro trata de explicar los altibajos de la filmografía de Ridley Scott, que van desde sus intachables comienzos a sus últimas y más que discutibles producciones (Prometheus, El consejero).
Según el autor, Ridley Scott siempre ha sido un director de mayor talento visual que narrativo, algo que queda demostrado en su obra maestra, Blade Runner, y en sus 5 remontajes en los que se insertaron nuevas escenas, se eliminó la voz en off, se cambió el final, etc,.. El mismo director británico reconoce que contrata a grandes estrellas consagrados para no tener que perder demasiado en la dirección de actores y poderse centrar en aspectos técnicos.
Por otro lado el autor de este libro afirma que el director británico hace un cine para el público en la mayoría de los casos, especialmente después del inicial fracaso en taquilla de Blade Runner (un proyecto que llegó a costar 22 millones de dólares en 1982). Por un lado esto le ayudará a evitar complicaciones en las historias que cuenta yendo muchas veces a la esencia del argumento. Pero muchas veces también se le acusará, con razón, de acudir a soluciones fáciles, visualmente correctas y narrativamente distantes.
Contando con estas limitaciones está claro que Ridley Scott es un director y productor inteligente y de enorme talento, capaz de hacer obras mediocres (La teniente O´Neil, Hannibal, El reino de los cielos), películas notables (Black Rain, Thelma & Louise, Gladiator , Black Hawk derribado), además de las tres citadas obras maestras del inicio de su carrera.
Por último, la aportación de Ridley Scott a la televisión es indudable, ya que ha producido series tan prestigiosas como The Good Wife o The Company.
Ridley Scott. El imperio de la luz. Juan A. Pedrero Santos. T&B Editores, 2012. 240 páginas
Si Guillermo es el Rey...
Guillermo del Toro se ha convertido en el director más importante del cine actual y aún no puedo comprenderlo. La filmografía de este cineasta mejicano de 54 años hasta llegar a la recientemente galardonada La forma del agua no hay por dónde salvarla. Blade II, Pacific Rim, Hellboy, Mimic, El espinazo del diablo, La cumbre escarlata. Cine chillón, habitualmente carísimo, subrayado, poblado de personajes unineuronales y diálogos ridículos decorados con una estética barroca de escaparate hortera. No faltan buenas dosis de gore salpicados de erotismo burdo.
En medio de estas maravillas cinematográficas, este director escribió y rodó en 2006 El laberinto del fauno con España como rehén. La película era un cuento maniqueo con la Guerra Civil de fondo y que tenía como protagonista esos galápagos escapados de las peores películas de Star Wars. Ya entonces gran parte de la crítica quedó enmudecida de asombro y el mexicano empezó a cosechar premios (Goyas y Oscar, por ahora sólo técnicos).
La forma del agua queda perfectamente resumida en una escena en la que se presenta al personaje al de Richard Strickland (Michael Shannon). Él es el malo, no hay ninguna duda. Brusco, hipócrita, violento, machista, ambicioso. Y por si hay alguna duda viene con su porra eléctrica manchada con un buen chorreón de sangre. Así es Guillermo del Toro, el rey de la tosquedad. En el centro de la historia vuelve a aparecer un ser imaginario, ésta vez anfibio, que se enamora de una chica muda en el período de la Guerra Fría. La relación podía ser lírica, sutil y tierna pero nada de eso. Ellos comparten comida y sexo, que son necesidades primarias que todo el mundo puede entender fácilmente. Con esos dos componentes se han hecho obras maestras con imaginación y talento. No es el caso.
Como el relato es imaginario, el autor se concede la licencia de permitir que todo valga sin preocuparse de la coherencia ni de la credibilidad ni de explicar casi nada. No sabemos ni de dónde viene ni a dónde va este peculiar ser. Tampoco sabemos como a la humana se le ocurren hacer cosas tan inconcebibles como inundar un cuarto de baño de agua hasta el techo, practicar sexo con el pez que brilla o meterlo en su casa como si fuese un inofensivo gatito. ¿Es muda o anfibia? ¿Está loca o es tonta? Por no hablar de la resolución de la historia o el plan para liberar a la extraña criatura (mira que escribirlo en el calendario de casa en letras gordas para que no pase desapercibido).
Algunos dicen que el problema es que el cine de 2017 ha dejado mucho que desear. No estoy de acuerdo. Hay 20 motivos para demostrar que se han estrenado grandes películas. Pero sí el Oscar al mejor guión original del año se lo lleva Déjame salir y el la mejor película y director lo gana Guillermo del Toro y sus criaturas acuáticas no hay más que hablar. Será que Moonlight es mejor que La La Land y Dunkerque peor que La forma del agua. Será eso.
P.D: Guillermo es mexicano, pero por favor no lo comparen con Alfonso Cuarón o Alejandro González Iñarritu. Es demasiado para mí ver que se le pone al mismo nivel de los creadores de Gravity o Birdman.
Calificación: 5
En medio de estas maravillas cinematográficas, este director escribió y rodó en 2006 El laberinto del fauno con España como rehén. La película era un cuento maniqueo con la Guerra Civil de fondo y que tenía como protagonista esos galápagos escapados de las peores películas de Star Wars. Ya entonces gran parte de la crítica quedó enmudecida de asombro y el mexicano empezó a cosechar premios (Goyas y Oscar, por ahora sólo técnicos).
La forma del agua queda perfectamente resumida en una escena en la que se presenta al personaje al de Richard Strickland (Michael Shannon). Él es el malo, no hay ninguna duda. Brusco, hipócrita, violento, machista, ambicioso. Y por si hay alguna duda viene con su porra eléctrica manchada con un buen chorreón de sangre. Así es Guillermo del Toro, el rey de la tosquedad. En el centro de la historia vuelve a aparecer un ser imaginario, ésta vez anfibio, que se enamora de una chica muda en el período de la Guerra Fría. La relación podía ser lírica, sutil y tierna pero nada de eso. Ellos comparten comida y sexo, que son necesidades primarias que todo el mundo puede entender fácilmente. Con esos dos componentes se han hecho obras maestras con imaginación y talento. No es el caso.
Como el relato es imaginario, el autor se concede la licencia de permitir que todo valga sin preocuparse de la coherencia ni de la credibilidad ni de explicar casi nada. No sabemos ni de dónde viene ni a dónde va este peculiar ser. Tampoco sabemos como a la humana se le ocurren hacer cosas tan inconcebibles como inundar un cuarto de baño de agua hasta el techo, practicar sexo con el pez que brilla o meterlo en su casa como si fuese un inofensivo gatito. ¿Es muda o anfibia? ¿Está loca o es tonta? Por no hablar de la resolución de la historia o el plan para liberar a la extraña criatura (mira que escribirlo en el calendario de casa en letras gordas para que no pase desapercibido).
Algunos dicen que el problema es que el cine de 2017 ha dejado mucho que desear. No estoy de acuerdo. Hay 20 motivos para demostrar que se han estrenado grandes películas. Pero sí el Oscar al mejor guión original del año se lo lleva Déjame salir y el la mejor película y director lo gana Guillermo del Toro y sus criaturas acuáticas no hay más que hablar. Será que Moonlight es mejor que La La Land y Dunkerque peor que La forma del agua. Será eso.
P.D: Guillermo es mexicano, pero por favor no lo comparen con Alfonso Cuarón o Alejandro González Iñarritu. Es demasiado para mí ver que se le pone al mismo nivel de los creadores de Gravity o Birdman.
Calificación: 5