Oscars 2016: Sorpresas. Renovación. Leo...

Pasaba una hora de ceremonia y Mad Max ya había ganado 6 estatuillas (sonido, maquillaje, montaje, efectos de sonido, diseño de producción, vestuario). Pero lo más importante es que la ceremonia estaba siendo ágil, muy política a propósito del boicot y el racismo en Hollywood, pero bastante divertido para ser presentada por Chris Rock (que en 2005 fue un esperpento).



Todo era más o menos previsible pero los secundarios no fueron para Kate Winslet (Jobs) y Stallone (Creed) sino para Alice Vikander (lo único salvable del naufragio en La chica danesa) y el actor británico Mark Rylance (perfecto en su secundario de El puente de los espías).

Curiosidades de la vida, Morricone ganó su primer Oscar a los 87 años por una película (ya ganó uno honorífico) en la que no sale bien casi nada. Y la música no se salva. Los odiosos ocho no pasará a la historia por esta banda sonora, pero sí por la de La misión, Intocables, Cinema Paradiso, El bueno, el feo y el malo. Y Thomas Newman sigue sin ganar un Oscar, A la 13ª no fue la vencida.

Pero lo esencial es que Leonardo Di Caprio por fin logró ganar el Oscar por El renacido a los que sumó los importantes premios de director para Alejandro González-Iñarritu y el gran Lubetzki, a la mejor fotografía (3ª Oscar consecutivo).


La actriz Brie Larson ganó el premio a la mejor actriz por La habitaciónUna peli sensacional y muy diferente. Con sólo 26 años esta actriz borda su papel junto a ese niño sensacional, Jacob Tremblay, uno de los protagonistas de la ceremonia.

Pero el sorpresón llego con Spotlight que ganó el Oscar al mejor guión original y también a última hora se llevó el gran premio a la mejor película adelantando a El renacido. Lo celebro porque es una gran película y la película de Iñarritu está muy bien visualmente pero se hace muy larga y autocontemplativa.


13 aciertos y 6 errores en la porra que hice el otro día. Para ser la noche más sorprendente de los últimos años no está mal. Ojalá otros años tengamos ceremonias tan entretenidas como esta. No ha faltado de nada. A ver si aprendemos.

Un poquito al menos.

"Brooklyn": Lírica irlandesa

Una de las mejores sorpresas del año es esta adaptación del sentimental Nick Hornby de una novela sobre una joven irlandesa que emigra a Estados Unidos. La historia es sencilla y más bien típica, pero está interpretada con tanta veracidad por Saoirse Ronan y tan bien envuelta por el color, la planificación y la música irlandesa, que acaba siendo un poema universal elegantísimo.



Aunque al actor que interpreta al novio italiano a veces le falta arte a la hora de matizar a su personaje, Brooklyn es una película muy bien medida en todo el resto de reparto. Hay drama, romance, algo de humor y un buen ritmo pausado que hace que se pueda disfrutar la belleza de cada plano.

Es de agradecer que el sacerdote católico que aparece no sea alcohólico, pedófilo, homosexual, Ni siquiera severo. Es un hombre mayor que habla con cariño y ayuda a los demás con el consejo y la caridad a los pobres, que reza con naturalidad, viste de cura... Hay de esos. Yo conozco a muchos.

La película opta a 3 Oscar principales (película, guión y actriz principal). Probablemente no se lleve ninguno, pero el cine sigue debiendo a Irlanda un par de rondas. Esta canción es un ejemplo de la delicadeza de esta lírica romántica.

Calificación: 8

El equipazo de Calparsoro

Daniel Carpasoro nunca me ha convencido por completo con alguna de sus películas. Es evidente que tiene fuerza visual en las escenas de acción pero siempre se pierde en el desarrollo de personajes, muchas veces maniqueos y simples, con cortes muy gruesos. Combustión, Guerrero y Asfalto, por ejemplo, eran muy fallidas. Más consistente era Invasor gracias a un guión con bastantes aciertos pero que se venía abajo en el último tercio con unos villanos caricaturescos.

En Cien años de perdón ha dejado el guión en manos de Jorge Guericaechevarría (escritor habitual de las películas de Alex de la Iglesia), y al parecer ha sido todo un acierto. El reparto es de primera clase: Luis Tosar, Raúl Arévalo, José Coronado y Marian Álvarez. 

El director de Salto al vacío e Invasor tiene que aprovechar que el cine español lleva una década doctorándose en películas de género: Celda 211, Grupo 7, El Niño, El desconocido, No habrá paz para los malvados o La isla mínima. En la producción de la película intervienen España, Argentina y Francia con Morena Films, Vaca Films, Telecinco Cinema, K&S Films y Telefónica Studios.

La película se estrena el próximo viernes 4 de marzo y el trailer es muy atractivo.


Inolvidable recuerdo

Los críticos a veces pataleamos cuando vemos películas malas, pero a veces nos reímos mucho. Tengo un gran recuerdo del día en que fui a ver Alien contra Predator 2. Lo pasamos en grande.

Alien y Predator dedican hora y media a devorar a los memos habitantes de un pequeño pueblo estadounidense que no ofrecen ninguna resistencia.

Esta secuela de Alien contra Predator que dirigen los hermanos Strause (hasta ahora dedicados a la creación de efectos especiales de 300 o Los 4 fantásticos) es torpe en todos los aspectos que se me ocurre comentar. Incluso en los aspectos visuales, en los que se supone que los directores cuentan con experiencia, la película es muy, muy mala con unos primeros planos torpes y viscosos que recuerdan al terror “malo” de los setenta.



Sin embargo, cualquier aspecto podría ser defendible comparado con el guión de Shane Salerno (guionista de un argumento que al menos paso desapercibido hace unos meses: Ghost Rider: el motorista fantasma) que tiene momentos verdaderamente sublimes. Sólo les contaré uno. Media hora de película. Aliens y Predator ya se han merendado a veintitantos habitantes de Memolandia. Es entonces cuando el héroe de la película, el más inteligente, se dirige al tembloroso sheriff y en tono de Sherlock Holmes, como quien acaba de descubrir la piedra filosofal, dice: Eddie, aquí está muriendo gente. La carcajada en el cine fue unánime. No fue la única…

Alien contra Predator 2 se salvó del Razzie a la peor película del año gracias a Scooby Doo 2. Este año no sé quien podrá salvar a esta secuela.

Una caída con todo el equipo

Nunca me ha entusiasmado el director británico Tom Hooper. Ni en la aburridísima serie John Adams, ni en la distante The Damned United, ni siquiera en la muy sobrevalorada El discurso del Rey. No le vino nada bien que por esta película le dieran 4 Oscar importantes (recordemos el año de Origen, Toy Story 3 y La red social).

Su destrozo de Los miserables es ahora aún más patente porque con La chica danesa ha multiplicado sus carencias y excesos que  mostrando en toda su filmografía: frialdad del relato, estilismo vacío y ritmo tedioso. Por no hablar de sus inexplicables cambios de registro. Hay varias escenas que parecen sacadas de una película de Ozon o Almodóvar. La del protagonista frente al espejo intentando "reasignar" su sexualidad es digna de películas tan pedantes y postizas como La piel que habito o Una nueva amiga

Lo que más lamento es que Eddie Redmayne, uno de los pocos que brillaba en Los miserables, aquí está literalmente insoportable. Hacía tiempo que no veía una interpretación tan afectada y llena de tics gestuales en busca del Oscar. Sólo con los parpadeos epilépticos, las sonrisas y los llantos que incomprensiblemente repite al lo largo de toda la película se podría escribir un auténtico manual dedicado a La sobreactuación. La siguiente escena es más que suficiente para explicar lo incómodo que está en su papel.



Era un personaje para ser nominado al Oscar y lo ha conseguido, aunque tiene muy pocas posibilidades de ganarlo. Pero lo que más me preocupa es que haya perdido el talento desbordante de juventud y espontaneidad que tenía hace un año antes de tomar dos muy malas decisiones: hacer una película con los Wachowski (que le ha valido una nominación a los Razzies) y otra con Tom Hooper.

Hasta la música de Alexandre Desplat se contagia de esa distancia y anonimato que hace que La chica danesa no haya convencido a casi nadie. Sólo se salva una inmensa Alicia Vikander, para mí el gran descubrimiento de 2015 (también estrenó Ex Machina este año). Cuando aparece ella te empiezas a creer algo de esta historia tan mal explicada y matizada.

Otro clásico a la vitrina de Spielberg

Cuando Steven Spielberg termine su carrera podrá presumir de haber ganado más dinero que nadie y tener menos premios que muchos. Lo que está claro es que será considerado uno de los más grandes directores de una generación por muchos motivos. Uno de ellos es El puente de los espías.

La última película del director de E.,T. tiene un guión perfecto de los hermanos Coen, con un sentido del ritmo y una planificación tan esmerada que puede pasar desapercibida. Me explico; Spielberg pone la cámara buscando que el espectador se olvide de ella y se centre en la historia. No hay barroquismo estilístico, planos-secuencia de 50 minutos o un montaje estridente. Eso ya lo hizo en El diablo sobre ruedas.

La película dura casi dos horas y media pero el tiempo está muy ajustado a una historia compleja muy bien explicada e interpretada con elegante sencillez. Tom Hanks está como siempre y por eso ya no le nominan. Una lástima. Por esa regla de 3 nunca le habían dado a Henry Fonda el Oscar por En el estanque dorado. Al fin y al cabo hacía lo de siempre.

Aunque tiene 6 nominaciones a los Oscar (película, actor secundario, guión original y música de Thomas Newman)  El puente de los espías tiene todas las papeletas de no ganar ninguna estatuilla. Pero ya es un clásico del cine que ha dado 160 millones de dólares (costó 40).






Asumiendo a los Coen

Han escrito el guión de una de las mejores películas de Steven Spielberg en la última década y acaban de presentar una comedia loca sobre el star system del Hollywood clásico. TCM los incluye con toda justicia entre los 10 directores fundamentales del cine actual. Un repaso muy completo sobre la filmografía de estos dos genios únicos en su especie.

Hans Zimmer vuelve al podium

Hans Zimmer (Frankfurt 1957) ha dado un interesante giro a su carrera. Se acabaron los coros de Lisa Gerrard y la monotonía de sus composiciones herederas de la música “gladiatoriana”. El músico alemán deja a un lado la épica y se centra en un intimismo minimalista desnudo de su habitual grandilocuencia.



En La dama de oro, la bellísima película de Simon Curtis protagonizada por Helen Mirren y Ryan Reynolds, compone la música junto con el compositor británico Martin Phipps, conocido por sus brillantes trabajos para televisión en series como Wallander, The Honourable Woman o Peaky Blinders.

La banda sonora de La dama de oro se acerca mucho al estilo del compositor norteamericano Thomas Newman (American Beauty, Efectos secundarios, Saving Mr. Banks). La leve resonancia de instrumentos de percusión se fusionan con el magistral acompañamiento del violín y el piano. Así lo escuchamos en el tema central de la película que abre y cierra la película de manera brillante.


Aunque es verdad que hay una redundancia excesiva de este composición central, Zimmer y Phipps incluyen variaciones que hacen que la música acompañe a la perfección una historia sencilla que acaba resultando profundamente emotiva.

Como es lógico en la banda sonora se aprovecha que el argumento se centra en Austria, una de las cimas de la ópera y la música clásica, para incluir algunas piezas como la versión de Dawid Kimberg del Deh, vienni alla finestra. Este famoso y reconocible extracto de la opera Don Giovanni compuesta por Mozart, ambienta a la perfección la grandeza y sutileza artística de un país que estaba a punto de ser devorada en un abrir y cerrar de ojos por las tropas de Hitler.

La metáfora del baile del tiempo no es la primera vez que se utiliza, pero sigue funcionando a la perfección gracias a bandas sonoras como ésta. Una manera muy acertada de dar a la historia y los personajes un mayor recorrido y trascendencia.  

Dos maneras de mirar

En los últimos años se han estrenado varias películas sobre casos de pedofilia en la Iglesia Católica. Cada uno tiene una forma de mirar un asunto doloroso y repugnante para los propios católicos y los que no los son. Estas dos maneras de contar se pueden resumir en dos películas recientes.

1º) El club de Pablo Larraín. El director de "NO" parecía que iba arrasar en todo tipo de premios con esta película con la que ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Al final no ha sido ni nominada a los Oscar. La historia de una especie de cárcel sin barrotes para curas abusadores es de lo más cruel y desagradable que se puede ver últimamente. El detallismo con el que se cuentan una y otra vez los abusos, la inhumanidad con la que se retrata a cada uno de los personajes y la reiteración agotadora de las mismas metáforas visuales acaba por hacer que la película sea una de esas que hechizan SÓLO en festivales. La enmienda a la totalidad de la Iglesia hace que la caricatura sea parcial, maniquea y tramposa. Es muy difícil de empatizar con estos personajes a no ser que uno llegue a la película con el odio y prejuicio puesto desde casa.



2º) Spotlight de Thomas McCarthy. El gran escritor y director de The Visitor y Win Win vuelve a demostrar que es uno de los grandes narradores de Hollywood. Con un reparto magistral logra que la investigación periodística y real de los casos de abusos en Boston sea trepidante y profunda. Lo mejor es el retrato poliédrico del drama; los padres de los hijos que creen, los que han dejado de creer, los católicos que sufren lo indecible por estos casos, los periodistas que quieren descubrir la verdad, los editores que quieren aprovechar y tumbar a la institución... McCarthy además es muy inteligente al no regodearse en los detalles mínimos y vergonzantes de los abusos que hace que la película sea más abierta y sugerente. Y el que quiera descripciones detalladas puede encontrar todo tipo de documentales y reportajes de este tipo al alcance de un "click". Spotlight deja una huella muy profunda en el espectador pero no patalea su estómago hasta llegar a las vísceras. Una película elegante y un ejemplo de cine moderno con olor a clásico que ha obtenido 6 nominaciones a los Oscar.

La senda de Shyamalan

En 2007 empecé a escribir de cine hablando de Shyamalan. El director indio ha cambiado mucho y yo también, pero aquí seguimos. A pesar de los pesares, las primeras películas de este cineasta me siguen pareciendo sensacionales. Todas ellas son muy originales y tienen un estilo muy peculiar, distinto del resto de directores de su generación.

Hace poco ha vuelto a levantar el vuelo con La visita, especialmente en taquilla, pero aún le queda un camino que recorrer para volver a la creatividad de sus prometedores inicios.

M. Night Shyamalan levanta pasiones de signo diverso entre el público y la crítica. El estreno en España de La joven del agua, es una buena excusa para preguntarse por la calidad de este director de origen indio.



Manoj Nelliyattu Shyamalan nació en Pondicherry (India) el 6 de agosto de 1970, pero siendo un niño sus padres se trasladaron a Estados Unidos. Creció en Penn Valley, Pennsylvania, un suburbio de Filadelfia, y a los 8 años le regalaron una cámara Super 8 con la que rodaría 45 películas caseras antes de llegar a la mayoría de edad. Estudió en la Escuela Tisch de las Artes (TSOA) de la Universidad de Nueva York.

Con tan sólo 22 años comienza a rodar su primera película, Praying with anger, que protagonizó él mismo. Esta opera prima cuenta una historia parcialmente biográfica (su primera visita a la India desde que su familia emigrara a los EE.UU.) y obtuvo buenas críticas aunque en círculos todavía reducidos.

A pesar de recibir numerosos premios, tardaría 6 años en volver a dirigir. Los primeros amigos, rodada en 1998, recogía algunas de sus experiencias en el colegio católico en el que se educó. La película pasó desapercibida aunque, vista ahora, no es precisamente una obra menor sino el comienzo de un estilo que se consolidaría en sus siguientes títulos.

"En ocasiones, veo muertos"

El sexto sentido situó a Shyamalan en una posición de privilegio. La película arrasó en las taquillas y se ganó el aplauso de la crítica. Supuso además el descubrimiento de uno de los últimos niño-prodigio de Hollywood: Haley Joel Osment, la consolidación de Toni Collete y la reafirmación de Bruce Willis en un papel alejado del molde Jungla de cristal. Por si fuera poco, el film se atrevía a experimentar en el peligroso terreno del cine de terror, cementerio cinematográfico en el que tantos directores han enterrado su etiqueta de "joven promesa". Hollywood no dudó en premiar a Shyamalan con 6 nominaciones a los Oscar (incluidas las categorías de mejor película, dirección y guión).

Tras el éxito fulminante de El sexto sentido más de uno se preguntó: "¿y ahora qué?". Estaba claro que la crítica miraría con lupa el trabajo de este todavía jovencísimo realizador y el público no se dejaría sorprender con la misma ingenuidad.



Conocedor de la maquinaria cinematográfica, Shyamalan no dudó en arriesgarse rodando El protegido (2000), tal vez su título más incomprendido. Con esta película, el director indio dejó claro que su obra seguía una ruta artística, quizás trazada sobre un hielo quebradizo, pero a la que no estaba dispuesto a renunciar. De nuevo con Bruce Willis como protagonista, El protegido narra una historia que hacía equilibrios entre varios géneros y que se atrevía a indagar en uno de los temas favoritos de Shyamalan: el conflicto de un ser "elegido" que debe asumir quién es para "salvar".

Es en ese telón de fondo donde se mueven los personajes de Shyamalan: el niño que ve muertos, el protegido que debe conocerse a sí mismo, el padre que se enfrenta a señales extraterrestres, la chica ciega que quiere atravesar el bosque o la comunidad de vecinos que tiene que cumplir su "función" para devolver a una ninfa a su mundo mágico.



Un enfoque distinto

Evidentemente, ni la mezcla de géneros ni el argumento mesiánico lo ha inventado Shyamalan. La originalidad de este director radica en el enfoque y en el estilo utilizado. En primer lugar, el realizador indio se toma en serio lo que está contando (salvando las geniales ironías que incluye en todas sus películas, especialmente en La joven del agua). En su obra hay un respeto por la historia y por hacer creíble lo increíble. Para ello, el director cuida al máximo la ambientación de las historias; una puesta en escena que, prácticamente, "obliga" al espectador a entrar en la narración por muy inverosímil que ésta sea.

Por otro lado, Shyamalan huye de la mayoría de los tópicos visuales utilizados en los géneros fantástico y de terror. De esta manera, se atreve a utilizar planos largos y a pedir la intervención del espectador con sus brillantes elipsis. En este sentido, resulta encomiable que un director con siete películas a sus espaldas no haya utilizado nunca el recurso de impactar con escenas de violencia o sexo en argumentos que, implícitamente, contenían este tipo de contenidos.

Creador de personajes: Director de actores

Otra de las notas definitivas del cine de Shyamalan es la creación de personajes poliédricos, muy alejados del cartón-piedra que suele deambular en el género fantástico contemporáneo. Los protagonistas de sus películas tienen un perfil matizado; son seres que dudan, que sufren un proceso de cambio en el que no hay finales felices ni desenlaces perfectos.

Esta evolución de los personajes se desarrolla a través de un cuidadísimo  guión y se muestra en una interpretación convincente y natural de los actores: verdadero logro de las películas de Shyamalan. Basta poner como ejemplo uno de los últimos descubrimientos del director: Bryce Dallas Howard, protagonista de El bosque y La joven del agua. Por no citar a Joaquin Phoenix (Señales y El bosque), Paul Giammati o cualquiera de los veinte residentes de la urbanización de La joven del agua. Todos ellos consiguen que las películas de Shyamalan transmitan ese "hacer creíble lo increíble".



Las puertas abiertas


Por último, al hablar de la originalidad de este director, conviene señalar el punto de vista abierto y, en cierto modo, esperanzado de sus películas. En un cine dominado ideológicamente por una perspectiva bastante cínica (Eastwood, Scorsesse o Woody Allen, por citar algunos), llama la atención como Shyamalan, sin dejar de mostrar la crudeza de la realidad, se atreve a dejar puertas abiertas. En este sentido, también a Shyamalan, como a Tim Burton o Steven Spielberg, le gusta deslizarse sobre el hielo. Pero, a diferencia de estos dos últimos, el cineasta indio muestra una mayor valentía a la hora de afrontar conflictos espirituales e incluso religiosos, clarísimos en películas como Mis primeros amigos, Señales o El protegido.

Es llamativa la naturalidad con la que Shyamalan habla de Dios, la muerte o el sentido del sacrificio. Parece que, hasta ahora, el precipicio entre lo genial y lo pretencioso no le da ningún miedo a Shyamalan. Desde luego, con su último título, La joven del agua (película peligrosísima en su mezcla de fantástico-legendario con constantes toques de humor irónico), no da ningún síntoma de pánico escénico. De momento todo apunta a que la "ruta Shyamalan" no tiene paradas ni vuelta atrás.

"Expediente X": un regreso a lo grande

Una de las series más populares de los 90 ha regresado pletórica de fuerza. En el primer capítulo de esta 10ª temporada La verdad está ahí fuera ya vemos todos los elementos fundamentales de esta serie: macroconspiraciones políticas, naves especiales, alienígenas y las discusiones entre Dana y Mulder sobre la credibilidad de los expedientes sobre sucesos paranormales.

Gilliam Anderson se mantiene casi igual que hace dos décadas; gélida y reflexiva, con un uso considerable de maquillaje que no delata el paso del tiempo. David Duchovny ya es otra cosa. El peso y los años se notan mucho en su rostro. Técnicamente la serie sigue siendo apabullante desde la imponente introducción que sirve de  nexo con las anteriores.

Como siempre Expediente X juega con la veracidad de los sucesos extraordinarios sin llegar a mojarse. Pero a estas alturas ya hemos perdido la confianza en que al final de la temporada nos explican si todo eso es verdad o es pura invención. Aún así, si uno se deja llevar por la historia, acaba enganchado a una ficción ingeniosa y con un estilo muy atractivo.

"El amor es más fuerte que las bombas"

Con ese título... Esos actores... Esa historia... O se hace un genialidad o se hace el ridículo. No sé que sucederá.

Bueno, la verdad es que lo intuyo.

¿Y si leo las críticas de los que ya la han visto?

Malditas y benditas expectativas.


Los BAFTA aclaran aún más los Oscar

Si ya los Globos de oro fueron muy reveladores, los BAFTA han confirmado una tendencia: 2016 no será el año de las sorpresas. Todo apunta a que la gran película será El renacido con 4 Oscar casi garantizados: película, director, actor (Di Caprio, esta vez sí,  a la 7ª) y fotografía (Lubetzki).

La actriz Brie Larson ganará el premio a la mejor actriz por La habitación. En los secundarios puede haber alguna sorpresa aunque parten como muy favoritos Kate Winslet (Jobs) y Stallone (Creed).



En el caso de los mejores guiones Spotlight (adaptado) y La gran apuesta (original) tienen casi todas las papeletas ganadoras. Morricone ganará la mejor música por Los odiosos ocho y por supuesto Inside Out será la película animada oscarizada del año y Son of Saúl la mejor película extranjera.

Los premios técnicos que quedan se los llevará principalmente Mad Max (maquillaje, montaje, efectos de sonido...) con algunas muy probables excepciones: vestuario (Cenicienta), Efectos especiales (Star Wars) y sonido (El renacido). Por último Amy será el mejor documental.



Nunca me he mojado tanto, pero esta vez no me importará no sorprenderme porque los premios son muy variados a grandes películas. Y se han quedado fuera las películas que merecían un castigo por hacer lo imposible para ser nominadas (Carol y La chica danesa). Los odiosos ocho  ya ha sido una de las perdedoras y también es un maltrato justo (de echo yo no le daría ni el premio a Morricone).

En dos semanas veremos. Os espero a todos en esa madrugada. Yo me levantaré después del discurso inicial de Chris Rock (con lo de Dani Rovira ya tuve suficiente).




"Jessica Jones" vs "Daredevil"

Jessica Jones se ha comparado mucho con la serie Daredevil. Las dos son series de un superhéroe de cine negro, que pelea con todo contra un mundo podrido de vicio, que tienen más drama que acción, más palabras que disparos. Pero hay una gran diferencia, Daredevil tiene como guionista a Drew Goddard y Jessica Jones no.

El superhéroe ciego es un católico que sabe lo que es la culpa y la redención, que cree en Dios y le reza con la misma naturalidad con que salva al mundo. Jessica Jones es una mujer mucho más cínica y desesperanzada con una vida sexual impulsiva que se muestra en pantalla con un detallismo cercano al de Juego de tronos.



En Daredevil hay elipsis muy brillantes que reflejan un mundo prostituido y corrupto, cruel hasta grados insospechados. Por el contrario en Jessica Jones hay todo un desfile de alargadas secuencias eróticas. Las dos series son de Netflix, pero la de Christian Cox (que está enorme) está más cerca del estilo de AMC y la de Kristen Ritter (que también lo borda) podría ser perfectamente una serie de la HBO.

En Daredevil el desarrollo de tramas secundarias, la coreografía en las peleas y el uso del color y el cuidado de la música está mucho más esmerado. Todo esto no quiere decir que Jessica Jones no sea una buena serie, que lo es. Mucho más entonada que otras del estilo como Agents of S.H.I.E.L.D. Pero lo escabroso pesa demasiado. Aunque Frank Miller (Sin City, 300) ha participado en la creación de las dos series, se nota mucho más influencia en la serie de la superheroína.



Por último, el personaje de Carrie Ann-Moss en Jessica Jones y su conflicto dramático es demasiado artificial e innecesario. Una concesión más a lo políticamente correcto que con el paso de los años se ha convertido en un tópico obligatorio. Hasta The Walking Dead ha tenido que incluir un personaje homosexual en la serie ante la presión que tenía en los medios por no haber incluido este perfil hasta la 5ª temporada. Ridículo.

Algunos dirán que Jessica Jones es así, o la tomas o la dejas. Es una opinión. A mí me parece que ganaría mucho sin los anuncios eróticos y la cuota de lobby. Nadie dudará que el mal en LutherDaredevil, Sherlock o Breaking Bad queda perfectamente definido sin necesidad de recurrir a primeros planos y larguísimas escenas que una parte del público nos resultan innecesariamente desagradables.

Lo que es innegable es que el malo de la serie que interpreta David Tennant (el detective traumatizado de Broadchurch) es un grandísimo hijo de Satanás. Un perverso paranoico esculpido con la mala sangre y el talento que se echa de menos en muchos personajes antagónicos del cine y la tele actuales.

Ahora que sabemos lo de las ondas gravitatorias... ¿Entenderemos "Interstellar"?

Ayer al parecer fue un gran día no sólo para el mundo, sino para todas las galaxias. Dos científicos norteamericanos consiguieron medir por primera vez con exactitud las ondas gravitatorias de las que habló Einstein. ¿Y qué se puede hacer con eso? Por lo visto muchísimas cosas. Pero lo más importante es que esas ondas gravitatorias han sido producidas por el choque de dos agujeros negros. ¡¡¡¡¡Agujeros negros!!!!! ¿Esos son los que salían en Interstellar? Efectivamente.

Pero el nexo entre Interstellar y la noticia científica de ayer es mayor. Unos de los descubridores de estas ondas asesoró a Nolan en el guión de Interstellar. Y supongo que no le explicaría lo de que el amor es la 5ª dimensión (eso debe ser idea del de la nevera y los aliens en Indiana Jones 4).

Como en Youtube está todo he encontrado este documental que está muy bien para explicar como la paranoia de Nolan tiene algunos puntos basados en los últimos avances de la Física. Interstellar seguirá siendo la película más fallida y fascinante que podemos recordar, pero la veremos con un poco más de respeto e incluso admiración.

La mejor versión de "Cuéntame"

En Navidades repusieron en televisión La gran familia, una de las películas que disfruté cundo era crío en los 80. Pensaba que eso de que los recuerdos son mentira se iba a aplicar a esta película, pero todo lo contrario. La gran familia y su primera continuación La familia y uno más, tiene unos diálogos divertidísimos, muy ágiles y modernos, con unas interpretaciones espontáneas de Alberto Closas, Amparo Soler-Leal, Pepe Isbert y José Luis López-Vázquez. 

Los múltiples hijos también están muy bien caracterizados y todos resultan fácilmente reconocibles. La película va a toda maquina gracias la dirección y el guión de grandes de nuestro cine como Pedro Masó (Atraco a las tres, Las chicas de la Cruz Roja) y Fernando Palacios (El día de los enamorados, El marido).

Este cine español se ha convertido en clásico y tiene poco que envidiar a la norteamericana Tuyos, míos, nuestros con Lucille Ball y Henry Fonda, de argumento muy similar. Y que conste que esa comedia también estaba muy bien, pero no tenía la chispa ibérica y la luz del verano español.

La gran familia de Fernando Palacios es el mejor Cuéntame de todos los que he visto, mucho mejor que esta inagotable serie a la que le veo demasiado las costuras para que el traje sea a la medida del espectador.



Acabar por derribo

Por fin termina la serie que hace muuuuchas temporadas que tiene muy poco nuevo que contar. Después de ser juguetes de lobby y reírse de católicos y gente que no piensa como Ryan Murphy, los personajes tenían poco más que hacer que cantar, algo que hacían estupendamente todo hay que decirlo.

En esta 6ª y última temporada ni siquiera el festival final tenía el atractivo de las canciones y coreografías de las primeras temporadas, o de algún capítulo especial como el que dedicaron a Michael Jackson

El mejor momento de esta temporada final es la versión del videoclip de los 80 de la mítica canción Take on me del grupo noruego A-ha.

Una vez fui famoso...

Lo cantaba Silvio Rodríguez. Una vez fui famoso // siempre andaba viajando // aquí traigo una foto // actuando. Es el famoso monólogo que cantó en el Mano a Mano con Luis Eduardo Aute en uno de los mejores conciertos que se han escuchado en la Plaza de toros de las Ventas.



Yo también traigo dos fotos de un día que fui... "famoso". No todos los días uno comparte cartel con Nanni Moretti o Mel Gibson. Vacaciones en el infierno y Caos calmo me gustaron mucho más de lo que imaginaba. Y los distribuidores de estas películas lo reflejaron en sus carteles de promoción. Es la vez que he sido más famoso. Por ahora me vale. Lo justo y necesario.

Grandes películas las dos, con la excepción de una escena extrañamente insertada en la película de Moretti. 




Goya 2016: Por favor, una y no más

Más allá de que Truman es una buena película no ha sido el mejor año del cine español porque llevábamos un tiempo haciendo verdaderas obras de arte. Verbo, Ilusión, Stockholm, Blancanieves, Celda 211, No habrá paz para los malvados, Siete mesas de billar francés, Todo lo que tú quieras... Pero hay algo en lo que no hay cambios y ya es hora. La ceremonia de los Goya sigue siendo un espectáculo bochornoso en muchos momentos con panfletos políticos repetitivos, humor estúpido, soez y barato, y números musicales dignos de José Luis Moreno. 

Cada vez vienen más artistas internacionales (ayer Tim Robbins y Juliette Binoche) y no nos podemos permitir que la ceremonia dure 4 horas, que a los premiados el único que les puede echar es el director de orquesta, que el presentador haga chistes de pedos, laxantes, el color de los pelos de los genitales... Un duelo de napias con Pablo Iglesias al fondo con frac, pajarita y cara de "Esto es mejor que "Juego de tronos".



Tenemos grandes guionistas y hacemos un cine que encandila fuera con presupuestos muy limitados, así que por favor señores de la Academia, somos capaces de hacerlo mucho mejor. Llevamos años diciéndolo los mismos que cada vez nos sentimos más orgullosos de nuestro cine. Ya es hora. Una y no más.

"Shingeki no Kyojin"

Lo reconozco; no sé mucho de cine de animación japonés. Pero supongo que a los que les guste les entusiasmará está intro. A mí desde luego me parece fascinante. Luego la serie no me entusiasma tanto. Lo que es horrible es el doblaje al español de la canción. ¡Que manía!




Myley Cyrus en la serie de Woody Allen

Aún no puedo creerlo. Miley Cyrus, Hanna Montana en formato Disney o la reina lobezna en su fase Playboy, protagonizará la serie que Woody Allen realizará para Amazón. Titulada "Un proyecto sin nombre de Woody Allen", es la primera incursión del cómico de 80 años en la pequeña pantalla.

Hasta ahora los comentarios que llegan es que Woody Allen no está nada cómodo con escribir capítulos de 30 minutos pero que le ofrecían tanto dinero que no ha podido decir que no.

"Me arrepiento de cada segundo que ha pasado desde que dije que sí. Salgo todas las noches y cuando llego a casa solo veo los deportes, nunca  series". Allen espera que su inquietud se deba a la ansiedad e inseguridad que ha marcado su carrera, pero al mismo tiempo confirma que esto va más allá: "No he tenido un momento agradable desde que me comprometí a hacerlo. Espero que cuando finalmente haga la serie no les decepcione". Con Miley Cyrus vas a tener mucho trabajo.

Tarantino vuelve a equivocarse

A los que nos gusta MUCHO Tarantino películas como Los odiosos ocho ponen muy difícil su defensa. Todos somos conscientes que este gran director y guionista, y pésimo actor, está loco. Perdidamente loco. Pero hay muchos cómo él, probablemente casi todos los que se atreven a sacar adelante una película. Otra cosa muy distinta es que esa locura necesita unas dosis de ingenio, de coherencia, para que el capricho que se concede Quentin en cada película sea justificable.


Los odiosos ocho es en mi opinión una de las peores películas de Tarantino, sólo "superada" por la infumable Death Proof. Y eso que lo de meter a 8 tipos en una cabaña durante 3 horas es algo que le podía haber salido bien. En realidad le funciona bien durante la primera hora, pero la película se desmorona tanto en los 60-70 minutos finales que el resultado es muy decepcionante.

No sólo son gratuitas y redundantes vomitonas de sangre, también son agotadores los personajes de cartón-piedra desarrollados con una falta de talento en el guión asombroso en Tarantino. Que su guión no haya sido ni siquiera nominado al Oscar está más que justificado. Y lo de Ennio Morricone es otro antojo; digan lo que digan su banda sonora es de las más anodinas de su carrera.



La música, los personajes, esa salida del western al cine porno con esa detallista escena de Samuel L. Jackson en un paisaje helado, pasarán desapercibidas en pocas semanas. Ya se puede decir que si a Tarantino le importa mucho lo que diga el público, el diagnóstico es claro; a los espectadores les fascina Kill Bill, Pulp Fiction o Django desencadenado casi tanto como les aburre Jackie Brown, Death Proof o Los odiosos ocho. Por algo será.

¡Viva China!

Cada vez más se hacen más películas pensando en la taquilla china. Sólo hay que ver Big Hero 6 o la importancia de este mercado en la carrera final del último Star Wars para llegar a alcanzar a Titanic como la 2ª película más taquillera de la Historia del Cine.

Pues desde esta noche los chinos ya no sólo han rescatado películas sino equipos. En un frenético cierre de mercado de invierno han comprado a Jackson Martínez (2º fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid: 35 millones de euros) por la friolera de 42 millones.

Con esta compra espero que pongamos un corner en el Calderón dedicado a los orientales que nos han librado de un delantero que en 18 partidos había metido 3 goles. A las leyendas rojiblancas de toda la vida Pantic, Kiko, Luis Aragonés, Caminero, Cholo Simeone o Falcao se une ahora el Guangzhou Evergrande (equipo que ha hecho esta bendita operación nocturna sobre la bocina).

Les gustan películas muy raras pero siempre venden coca cola fría las 24 horas del día 365 días al año. Y además en un noche anónima de febrero te dan unas alegrías futboleras del año. Merecen un homenaje en forma de recuerdo de los insustituibles Enrique y Ana.

"Broadchurch" vs "Bajo Sospecha"

Ya sucedió algo parecido con Gran Hotel y Downton Abbey. Decían que eran muy similares y realmente no lo eran. Las dos estaban rodadas en una casa grande y lujosa. Pero una era dramática y otra policiaco-romántico, una era genial y otra convencional. En una estaba Concha Velasco y en otra Maggie Smith.

Broadchurch (2ª temporada) El caso estaba cerrado pero todo cambia cuando el culpable se declara inocente en el juicio por la muerte del Daniel Latimer. También reaparece la misteriosa investigación que motivó el traslado del inspector Alec Hardy al apartado pueblo de Broadchurch. El comienzo de esta nueva temporada es correcto y coherente con el estilo sereno y bellicista de la anterior sesión, aunque deja muchas dudas sobre la idoneidad de otros 8 capítulos que en realidad serán 16 (ya se ha confirmado una 3ª temporada). Como grandes novedades aparece la siempre excelente Charlotte Rampling y Marianne Jean-Baptiste, nominada al Oscar en 1997 por Secretos y mentiras. Antena 3 por ahora no emitirá esta temporada, probablemente debido a las coincidencias con el argumento de la serie de Atresmedia Bajo Sospecha.




Bajo Sospecha (2ª temporada) Luisa Martín, Concha Velasco, Ingrid Rubio, Leticia Dolera, Unax Ugalde
… Eso son fichajes de invierno y lo demás son tonterías. Pero lo mejor es el cese de Blanca Romero, una actriz muy limitada que protagonizaba la primera temporada. Un nuevo caso que empieza bien pero que dependerá mucho del desenlace final. Lo que está claro es que la investigación dará una y más vueltas y que será un entretenimiento elegante, sin especiales dosis de violencia gratuita ni situaciones escabrosas.


La despedida de Melissa Mathison

El pasado 4 de noviembre falleció en California Melissa Mathison a los 65 años. La que fuese durante 21 años mujer de Harrison Ford fue una guionista de prestigio. Con 8 libretos escritos en 35 años de carrera obtuvo una nominación al Oscar por E.T. El Extraterreste. También trabajó con Caroll Ballard en una de sus películas más injustamente olvidadas: El corcel negro.

El último guión de Melissa Mathison lo escribió para la próxima película de Steven Spielberg que podremos verla en el mes de julio. Mi amigo el gigante está basado en una novela de Roald Dahl, que es todo una garantía de éxito. Hace muchos años que nos vemos al director de Encuentros en la 3ª Fase y Hook hacer una de esas películas maravillosas que rodaba o producía en los años 80 y 90. Quizás con la última ayuda de su amiga Melissa sea posible recuperar esa magia tan genuina. Yo personalmente la echo mucho de menos.



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